Existen diversos cuentos sobre el hombre lobo.
La medicina ha
intentado en varias ocasiones explicar el fenómeno
de la licantropía. Desde un punto de vista psicológico, se puede caer en
una condición en la que el paciente cree que es un lobo, amplifica su fuerza y ferocidad, y muestra
que a la gente su lado salvaje, rechinando los dientes, y aullando como lobo.
En este sentido, uno
de los casos más famosos se dice ser el de Bill Ramsey, supervisor de Southend,
en el condado Inglés de Essex, que en 1987 fue encontrado mientras estaba gruñendo
y aullando como un lobo.
Se le sometió a
exámenes médicos, así como a exorcismo.
La ciencia ha
sugerido otra posibilidad, debido a un hongo parásito del cornezuelo del
centeno. Esto, si se toma accidentalmente es capaz de producir un estado
similar al ácido alucinante lisérgico (LSD). Y es posible, por tanto, que los
campesinos coman el centeno contaminado por este hongo y caigan en un frenesí, en
el que crean que se han convertido realmente en un animal feroz.
También hay que
considerar que son bien conocidos enfermedades de la piel que implican el
desarrollo folicular anormal, como el impétigo, que dan a los afectados una
apariencia inusual de bestias por la cantidad de vellos que le salen de su piel.
Un caso famoso es el
ruso Jojo, quien fue llevado por todo el mundo como un monstruo en circo. Fue
presentado como "El hombre lobo",
es por eso que no se equivoca al decir que su rara imagen era una forma de
nueva versión o "moderna" de la
apariencia del hombre lobo.
No está fuera de
lugar pensar que los que mostraron una apariencia similar en diferentes
momentos y en contextos donde la ignorancia y la superstición eran una parte
integral de la cultura popular, podría ser confundido con un hombre lobo, con todo lo que ello implica.